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CUANDO EDUCAR ES PROVOCAR

El sistema educativo hoy atraviesa circunstancias complejas debido a distintos factores, entre ellos a los grandes cambios que van ocurriendo en la sociedad, a la crisis económica y la crisis de valores por la que transitamos; y sobre todo a la vasta formación que los docentes reciben para luego llegar a las aulas. Si bien hay un intención por adecuarse a las constantes transformaciones y adaptarse al contexto, aun así se continúan reproduciendo viejas prácticas hegemónicas.

Para superar esta crisis es preciso no quedarnos solo con los aprendizajes y saberes que recibimos durante nuestra formación, sino capacitarnos constantemente y así ir formándonos como los docentes que queremos ser en función de lo que queremos construir y los sujetos que queremos formar.

Con esta última idea, abrimos paso a las siguientes preguntas:

¿Queremos niños que reproduzcan lo que le enseñamos, como si fueran máquinas? ¿O queremos personas capaces de pensar por sí mismas?

Nosotras creemos y estamos convencidas que debemos potenciar los conocimientos y las habilidades de los niños, brindarles oportunidades para que se descubran y conozcan sus capacidades; y de esta manera ofrecerles una oportunidad para formarse como sujetos autónomos y capaces de desenvolverse en la sociedad. Nuestro propósito debe estar en que los niños no se limiten a repetir lo que ya conocen y aceptar todo como viene dado, sino que sean capaces de pensar por sí mismos y hacer cosas nuevas, distintas y creativas.

Coincidimos así con José Luis Sampedro quien dice: “Hay que provocar en el que escucha que piense por su cuenta. No hay que adoctrinar, hay que provocar, para que, en algún momento, algo de lo que digo les sirva de provocación para que salten por encima de mí, para que se hagan y lo hagan mejor todavía."


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